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El simple hecho de que la película lo tuviera al frente garantizaba ya que los resultados de la misma fueran cuando menos interesantes, y causaron el interés inmediato de la comunidad cinéfila apasionada por el terror. A fin de cuentas, no es cosa de todos los días que un director consagrado en el género, pero todavía joven y conectado con las sensibilidades actuales, decida comandar una nueva producción sobre uno de los monstruos más célebres de todos los tiempos.
Con una diferencia, claro, porque si bien Nosferatu -el nombre de la criatura, así como de la cinta que se estrena el día de Navidad- es una figura firmemente relacionada a Drácula, hasta el punto de que se creó originalmente para una película ya clásica que plagiaba descaradamente la novela de Bram Stoker sin contar con los permisos necesarios, posee también características propias y un aura salvaje que se aleja considerablemente de la figura elegante y atractiva que ha tratado de imponer Hollywood.
Estas cualidades resultaban ciertamente atractivas para Robert Eggers, el cineasta neoyorquino que debutó en el largometraje con “The Witch” (2015), la emblemática cinta de terror folclórico que dio a conocer a Anya Taylor-Joy, y que colocó al mismo autor en una posición privilegiada debido a su incuestionable habilidad para narrar historias impactantes llenas de detalles históricos fidedignos y de inmenso vuelo visual.
Este talento se plasmó luego en “The Lighthouse” (2019), un fascinante ‘thriller’ psicológico en blanco y negro, y en “The Northman” (2022), un drama histórico de acción con carácter épico; pero “Nosferatu” es su regreso directo al género de los sustos, así como el primer ‘remake’ que hace en su carrera, porque el personaje ha protagonizado no solo el clásico indiscutible de 1922 que fue dirigido por F. W. Murnau y protagonizado por Max Schreck, sino también la recreación menos afortunada -pero nada despreciable- de 1979, orquestada por Werner Herzog y estelarizada por Klaus Kinski.
Más allá de cualquier antecedente, el nuevo filme es mucho más que una copia de lo que se hizo antes, como lo ha decretado la crítica especializada y como lo sentirá en carne y propia cualquiera que vaya a verlo. En vista de todo lo señalado, valía completamente la pena reunirse con Eggers en persona para hablar del resultado y ofrecer a nuestros seguidores la entrevista que podrán encontrar a continuación tanto en su versión de texto, debidamente editada, como en su formato original de video, convenientemente subtitulado.
Robert, antes de ver la película, me preguntaba por qué hiciste una película sobre Nosferatu y no una sobre Drácula. Pero apenas empecé a verla, me di cuenta que la elección te permitió tomar libertades que no se hubieran dado en el otro caso, cuando cada cosa que presentaras hubiera sido comparada con la novela de Stoker.
Creo que, debido a que la película de Murnau es un cuento de hadas muy simple, utilizar las posibilidades que me brindaba me ofrecía más libertad tomando en cuenta la obsesión que tengo con la “autenticidad”. Si hubiera adaptado la novela, habría estado atascado en un montón de cosas que realmente no quería y que no me interesaban.
En cambio, esto me dio la oportunidad de ampliar la historia con detalles que me apasionaban, empezando por uno de los mejores aspectos que tiene la versión de Murnau, y que es que, en ella, Ellen, la protagonista femenina, se convierte en la heroína en el último acto, lo que me ofrecía grandes posibilidades en cuestiones psicológicas y emocionales.
Eso pasaba en la cinta, pero no en la novela. Y si hablamos del momento histórico que vivimos, también puede ser lo correcto. No es que estés tratando de imponer una agenda, pero tiene sentido, ¿verdad?
No lo sé. Adoptar el punto de vista de este personaje femenino es solo una perspectiva diferente. El asunto es que, en la novela, [el monstruo] llega a Inglaterra, presumiblemente para apoderarse del mundo, y Lucy y Mina [los personajes femeninos principales] son simplemente mujeres que están allí.
Pero en la película de Murnau, Ellen se convierte en la obsesión del Conde Orlok, con la intención de poder ampliar esa historia, por lo que todo el propósito allí era hacer un relato sobre un amante diabólico. Es un triángulo amoroso entre Ellen, su marido y el vampiro. Claro que también es una historia de obsesión y un romance gótico al que realmente puedes hincarle el diente, con el perdón de la expresión [risas].
Por lo que ha hecho Hollywood previamente, Nosferatu siempre ha sido más aterrador que Drácula, incluso en términos visuales, porque es más como un animal salvaje. Eso también te daba espacio para crear tu propia versión del aspecto que tendría.
Sí. La criatura de [Max] Schreck y de [Klaus]Kinski, ¿qué es?¿Es un humano? ¿Es una cosa? Obviamente, Schrek es icónico; me encanta, y me enamoré de su diseño de maquillaje cuando era niño. Pero yo quería entrar en el folclore y entender lo que pasaba cuando la gente realmente creía que los vampiros existían. ¿Qué pensaba de ellos?
Eran muertos vivientes andantes, cuerpos pútridos.Entonces, la pregunta era, ¿qué aspecto tiene un noble de Transilvania muerto? Así es como se me ocurrió el diseño del vampiro en esta película. Pero debido a que es un cadáver andante, es más una criatura, lo que lo hace similar a los Nosferatus del pasado.
La forma en que se ve es muy impresionante. ¿Usaste algo de CG [efectos digitales] para su elaboración? Sé que Bill Skarsgård, el actor que lo interpreta, tuvo que pasar por un largo proceso para adquirir el aspecto que luce. No quiero ‘spoilear’ nada, pero la escena culminante lo muestra de un modo sumamente impresionante.
Es un maquillaje práctico. A veces, si estábamos haciendo una toma y la costura de uno de sus dedos se notaba, lo arreglábamos con CG, pero no necesitábamos usar esa clase de efectos para mejorar el maquillaje protésico que llevaba Bill. [El especialista] David White hizo un trabajo increíble diseñándolo.
Bill está increíble. ¿Cuántos monstruos memorables va a ser capaz de encarnar en su vida? Y ni siquiera tiene 35 años.
Sí; es un gran actor, y yo había querido trabajar con él desde hace mucho tiempo. Obviamente, estaba totalmente comprometido con el personaje; pasó mucho tiempo trabajando en la voz y me enviaba grabaciones de esta. Yo le decía ‘un poco más de esto’ o ‘un poco menos de aquello’. Al final, se entrenó con un cantante de ópera para bajar el tono de su registro.
¿En serio? O sea que lo que escuchamos es su voz.
Sí. No es algo digital.
Hasta la forma en que respira es impresionante. Puedes prácticamente olerlo.
Esa era la intención.
Puedes oír como succiona la sangre. Es como una porno de vampiros en cierto momento [risas]. Puede llegar a ser repugnante, pero la historia que cuentas tiene mucha tensión sexual. Eso es algo que se ha mencionado sobre las historias de vampiros, pero tú lo llevas a otro nivel.
Eso también vino del folclore. Algunos de los primeros vampiros folclóricos ni siquiera chupaban sangre. Regresaban [de la muerte] y hacían el amor con sus viudas una y otra vez, hasta que expiraban de tanto sexo. Ese es el tipo de historias que inspiraron esta versión.
También hay algo interesante sobre el amor. Es un depredador, por lo que no es capaz de amar. Francis Ford Coppola probablemente ignoró ese detalle en su película.
Pero lo que hizo fue de todos modos genial. La versión de Coppola es una gran versión de la historia, pero ese vampiro era un antihéroe, porque regresaba por la reencarnación de su amor perdido. Era una interpretación diferente.
El nuestro es un amante diabólico y un bastardo, y no puede amar. Quiere poseer y destruir a Ellen, pero está obsesionado con ella. Y, hasta cierto punto, la necesita. Por mucho que ella esté sola e incomprendida, es la única que puede entenderlo .
En ese sentido, Lily-Rose Depp también está genial. No sólo interpreta a un personaje que es mucho más poderoso que los que vimos en las otras películas relacionadas a Drácula, pero tuvo que someterse en el proceso a muchas exigencias emocionales y físicas. Esto es probablemente lo más intenso que has exigido de una actriz hasta ahora.
Estoy de acuerdo. Cuando la conocí, pensé que era la elegida; luego hizo la audición, y me dejó completamente alucinado. Tenía la misma ferocidad cruda que le dio a su actuación en la película.
Es tremendamente trabajadora, y se esforzó tanto en todo el trabajo corporal. Una vez más, como pasó con la voz de Bill, nada de eso se modificó con CG. No hubo trabajo de cables. No aceleramos ni ralentizamos los movimientos de su cuerpo durante las contorsiones que realiza [al ser poseída por el vampiro]. Lo que vemos es lo que ella trabajó a lo largo de varios meses con un coreógrafo.
Hablemos un poco de la parte visual. Sé que ustedes construyeron un montón de sets.
Sí, construimos casi todo y filmamos en muy pocas locaciones. Construimos el lote trasero de la ciudad alemana [en la que desarrolla la historia]. Construimos un pueblo de Transilvania. Construimos los interiores del castillo y el monasterio.
Eso te dio mucho espacio para mover la cámara y hacer las tomas largas que empleas aquí, y que son ya parte de tu estilo.
Exactamente. Y nunca usamos steadicam. Siempre usamos grúa y dolly.
La película puede llegar a ser brutal y sangrienta, pero es siempre visualmente deslumbrante y muy entretenida. Incluso cuando tiene capas extra de crueldad que no aparecían en las versiones anteriores.
Claro. Tienes que contar la historia a tu manera.
¡Y el vestuario! No me importa mucho la ropa, como puedes ver. Pero me impresionó lo que hicieron por ese lado. Cuando ves la película, piensas, ‘Oh, me encantaría que existiera un museo o al menos una galería de arte completamente dedicada a esta película’.
Crear una atmósfera es una acumulación de detalles, y un detalle no significa nada, pero miles de detalles pueden transportar al público al mundo que quieres presentar.
Por supuesto, no filmaste en blanco y negro, como lo hizo la versión de Murnau, pero hay un homenaje a esa cinta durante las escenas nocturnas.
Sí; las escenas iluminadas por la luna son casi en blanco y negro.
Había algo en el pasado que se llamaba ‘noche americana’ y que se empleaba para esas situaciones, pero creo que esta es una técnica diferente.
Usamos un filtro cian que eliminó todo el rojo. Así que es básicamente blanco y negro coneste filtro azul.
En términos de combinación de tonos dramáticos, el equilibrio era difícil. Hay escenas surrealistas muy alucinantes que son realmente espeluznantes. Pero también hay escenas que son mucho más realistas, más “auténticas”. ¿Fue difícil encontrar ese balance para lograr una estética que tuviera sentido?
Creo que se trataba básicamente de lograr que el mundo físico y los trajes lucieran tan reales como resultara posible. Esos detalles están incluso en el castillo de Transilvania, en el vestuario de Orlok y en todos los accesorios de ese mundo. Hicimos lo mismo con el pueblo de Transilvania.
Pero sí, a veces, el lenguaje de la cámara cambia para lograr algo más onírico. Sin embargo, creo que una gran parte del resultado depende del diseño de sonido, que tiene que ir y venir entre lo realista y lo no realista.
Cuando las puertas del castillo se abren, hay música y un diseño de sonido poco realistas. Pero después de que la música se va, cuando la puerta del castillo se cierra, se puede escuchar el sonido naturalista de ese cierre. Así que siempre hay un poco de experimentación para encontrar la mezcla correcta. Sea como sea, muchas veces, el diseño de sonido es lo que hace que las cosas sean más de ensueño, de terror o de fantasía.
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