A los 11 años, Sophie Guitron comenzó a sospechar que algo no andaba bien. Durante dos semanas, la fiebre alta y los sarpullidos no cedían con ningún tratamiento.
“Fui al hospital y no podían encontrar lo que me pasaba. Tenía fiebres muy altas, sarpullidos por todo el cuerpo, y nada controlaba los síntomas”, recordó Guitron sobre aquellos días de incertidumbre.
Inicialmente le diagnosticaron artritis, pero tras una serie de pruebas, los médicos detectaron algo mucho más serio: una rara enfermedad congénita del corazón que requería una cirugía a corazón abierto.
“El diagnóstico final fue artritis idiopática juvenil sistémica. En lugar de inflamarse mis articulaciones, mis órganos estaban inflamados, y así fue como descubrieron la enfermedad cardíaca con la que nací”, explicó la graduada de Mira Costa High. Guitron había nacido con una anomalía en el origen aórtico de la arteria coronaria izquierda, una condición extremadamente inusual.
Su padre, José, recuerda que, pese al dolor, su hija nunca perdió la calma.
“Siempre ha tenido una tolerancia al dolor altísima”, expresó José.
En agosto de 2019, Sophie fue operada con éxito en el hospital de Stanford en Palo Alto. Aunque la recuperación fue larga y emocionalmente difícil, sobre todo por no poder volver de inmediato al fútbol, su deporte desde los seis años, ese momento marcó el inicio de un nuevo capítulo.
Durante los recreos escolares, mientras observaba a sus compañeros jugar fútbol bandera, algo despertó en ella. Aprendió las reglas, se animó a intentarlo y se enamoró de este nuevo deporte. Se unió a un equipo recreativo, y ganó un campeonato en la liga local BCS, además del respeto de sus compañeros, siendo la única niña del equipo.
El título fue especialmente significativo: Guitron anotó el touchdown ganador y fue nombrada Jugadora Más Valiosa del torneo.
Con su pasión en aumento por este nuevo deporte, se unió a un club mixto donde siguió creciendo como atleta. Ya en la preparatoria, se dio cuenta de que Mira Costa High no tenía un equipo femenil. Así que escribió directamente a los Chargers de Los Ángeles para pedir ayuda. La franquicia respondió: patrocinaron la creación del primer equipo femenil de fútbol bandera en la historia de la escuela.
El esfuerzo valió la pena. En su último año de preparatoria, Guitron y Mira Costa High ganaron el campeonato escolar de la Bay League y lograron la primera victoria en playoffs de esa preparatoria. Jugando en varias posiciones, pero destacando mayormente como receptora abierta, Guitron fue reconocida como la Jugadora Más Valiosa de la liga y recibió honores de la División 2 de la All-CIF-SS.
Su evolución se dio en parte gracias al club Conquer Chargers de Irvine, donde sus padres la apoyaban al llevarla a entrenar, manejando más de una hora de viaje de ida y otra hora más de vuelta al Condado de Orange.
Su entrenador de Conquer Chargers, Justin Schulman, destacó no solo su habilidad, sino su mentalidad: “Sabía lo que quería, nos buscó por redes sociales y se ganó su lugar. Es una corredora muy talentosa, pero sobre todo, determinada”.
En 2024, representó a Estados Unidos en la Junior International Flag Football Cup, ganando la medalla de oro frente a equipos como Canadá, Japón, Panamá y México.
Su crecimiento no pasó desapercibido. La NFL la eligió recientemente para formar parte de la campaña “Chase Something”, junto al mariscal de campo Jayden Daniels y la gimnasta olímpica Jordan Chiles. El mensaje de esa campaña fue algo que Guitron acostumbra a hacer todos los días: motivar a jóvenes atletas a perseguir sus sueños.
Anteriormente ya había sido galardonada con el NFL Latino Youth Honors 2024 en Nueva Orleans, evento que celebra a estudiantes latinos de último año con logros deportivos y académicos. Con un promedio de 4.2 y nominada por los Rams, recibió $25,000 para su educación universitaria.
Guitron, de 18 años, jugará fútbol bandera para Keiser University en Florida, junto a otras figuras emergentes del deporte como Janasia Wilson y Ashlea Klam. Planea estudiar administración deportiva y ya ha representado a Estados Unidos en la categoría Sub-17.
Pero su sueño más grande está claro: llegar a las Olimpiadas de Los Ángeles 2028, donde el fútbol bandera hará su debut en el programa olímpico.
“Trabajo muy duro para estar en los Juegos de 2028, pero mi carrera no terminará ahí. Soy joven y también quiero llegar a las Olimpiadas de 2032”, afirmó con determinación.
Para su entrenador Schulman, no hay duda que lo logrará: “Está tan dedicada al deporte… Ya le pedí que me guarde boletos para verla en Los Ángeles”.
Con raíces profundamente latinas, hija de Lilia, nacida en México, y de José, californiano con padres mexicanos, Guitron también es consciente del papel que juega como modelo a seguir.
“Me enorgullece ser estadounidense, pero también mexicoamericana. Es un honor representar a las latinas en el deporte. Me encanta ser esa persona”, afirmó la jugadora de seis pies de estatura.
Su padre coincide: “Le recuerdo que es una pionera. Forma parte de un movimiento que, en el futuro, será historia”.
Aunque su artritis sigue presente, en remisión, pero con dolores ocasionales, Guitron considera que sus experiencias la han fortalecido.
“Estoy muy agradecida por todo lo que he vivido, aunque haya sido difícil. Me ha hecho quien soy”, concluyó Guitron, una atleta que convirtió una enfermedad en su mayor impulso para brillar.
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