Sabes que se acerca el verano cuando los grandes estudios empiezan a lanzar sus creaciones más preciadas y comerciales. Y eso es justamente lo que sucede esta semana con el debut de una megaproducción que causará indudablemente revuelo en la cartelera, secundada por un par de propuestas de menor alcance que, al menos en un caso, podrían sorprender.
BALLERINA
Director: Len Wiseman
Reparto: Ana de Armas, Gabriel Byrne, Catalina Sandino Moreno
Género: Acción
El esperado ‘spin-off’ de la saga de John Wick se encontrará en las salas de cine desde la tarde del jueves, y tras haberlo visto, podemos dar fe de que ofrece lo que prometía, sin alcanzar nunca niveles cinematográficos excepcionales ni presentar una historia del todo convincente (como ha sucedido, de hecho, con las anteriores entregas), pero presentando a cambio escenas espectaculares de pelea, ofreciéndonos a una protagonista encantadora y redondeando al final un trabajo incuestionablemente entretenido.
La estrella por aquí es, por supuesto, Ana de Armas, la cubana criada en España que ha desarrollado una carrera bastante diversa en Hollywood, pero que no había tenido hasta ahora la oportunidad de desempeñarse plenamente en el género de acción, una deuda que, como cualquiera que haya seguido mínimamente esta saga imaginará, queda plenamente saldada en “From the World of John Wick: Ballerina”, el aparatoso título completo de la nueva cinta.
Valiéndose en su mayoría de imágenes que muestran realmente a la cotizada actriz desempeñando sus escenas de riesgo, la película funciona de manera impecable cuando se entrega al movimiento, y eso, para fortuna de los fans, es algo que sucede constantemente, hasta el punto de hacernos superar las debilidades del guión escrito por Shay Hatten, quien dio muestras mucho mayores de creatividad en las dos cintas de John Wick en las que colaboró.
No se trata, claro, de que se pueda esperar demasiado en términos intelectuales de un capítulo perteneciente a una saga en la que el protagonista encontraba la motivacion necesaria para cometer toda de salvajadas en la muerte de su perro; pero Hatten parece haberse empeñado en simplificar todavía más las cosas, a través de diálogos acartonados y situaciones poco creíbles, mientras cuenta la historia de Eve Macarro (interpretada por De Armas de adulta y por Victoria Comte de niña), una huérfana combativa que, a diferencia de su mentor, tiene al menos una meta razonable: vengar a sangre y fuego el asesinato de su padre.
Sin embargo, no se puede dejar de admirar lo que sucede cada vez que los trámites se ponen violentos, no solo porque estos prueban la disposición física de Armas y la competencia del equipo liderado por Chad Stahelski -el especialista en trabajo de dobles que ha dirigido todas las entregas anteriores- ,sino porque son capaces de otorgarle a Eve un estilo de pelea sumamente particular, mucho más caótico que el de Wick pero acorde con lo que sucedería en el caso de una mujer que tuviera que enfrentarse a hombres mucho más grandes que ella.
De ese modo, nuestra antiheroína se enfrasca en combates cuerpo a cuerpo que requirieron de complejas coreografías y de un uso particular de su cuerpo -en lo que respecta a la velocidad, la elasticidad y el empleo de las piernas, por ejemplo-, pero que la exhiben también en posesión de todo tipo de armas, desde granadas hasta sables, pasando por el lanzallamas que se convierte en la estrella de una secuencia cercana al final.
Habría que saber, eso sí, que tanto tuvo que ver con estos logros Len Wiseman, quien funge aquí de director y que no había dado muestras de mayor vuelo visual en la desordenada saga fílmica de Underworld que comandó.
DANGEROUS ANIMALS
Director: Sean Byrne
Reparto: Hassie Harrison, Josh Heuston, Rob Carlton
Género: Terror / Suspenso
Aaaah, nada como una película llena de tiburones asesinos como motivación inmediata para ir a la playa en momentos en que se aproxima el verano. Claro que, en realidad, los “Dangerous Animals” de la cinta del mismo nombre, que se estrena este fin de semana a nivel nacional, son los humanos; o al menos, uno en particular.
Nos referimos a Tucker (Jai Courtney), un guía turístico que, en las primeras escenas de la cinta, secuestra a Zephyr (Hassie Harrison), una surfista estadounidense de espíritu rebelde y de corazón duro que recorre Australia en busca de las mejores olas. Se revela también pronto que Tucker, quien parece a simple vista un tipo bonachón y simpático, es un psicópata desatado al que le gusta grabar a los escualos de la zona mientras les sirve manjares muy específicos.
Por ese lado, la premisa es ciertamente original, aunque no del todo creativa. Pero lo que hace realmente que la cinta supere la medianía que se puede esperar de un proyecto semejante es la credibilidad que le dan los actores a sus personajes (lo de Courtney es memorable), el sentido del suspenso que se genera constantemente y la presentación de una puesta en escena que, dadas las circunstancias, pudo entregarse completamente al ‘gore’, pero que maneja en cambio una discreción que, en lugar de resultar perjudicial, acentúa el desasosiego natural que produce en el espectador lo que transcurre en la pantalla.
Nada de esto sorprenderá a los fans del terror que se encuentren ya familiarizados con la obra del director Sean Byrne, quien se ha especializado en los terrenos del espanto y ha firmado dos títulos notables del género , “The Loved Ones” (2009) y “The Devil’s Candy” (2017); pero impresionará probablemente a la audiencia ‘mainstream’ que se anime a ver su nuevo filme, favorecido por un nivel de distribución en salas que supera lo que se puede ver normalmente cuando se habla de obras surgidas de las entrañas de un estudio independiente.
THE RITUAL
Director: David Midell
Reparto: Al Pacino, Dan Stevens, Ashley Greene
Género: Terror
Cuando se es un cinéfilo, poder verlo nuevamente en la pantalla grande no deja de sentirse como un privilegio, incluso si su participación se produce en una cinta tan poco afortunada -pero hasta cierto punto llamativa- como “The Ritual”, que se estrena este fin de semana a nivel nacional.
Nos referimos a Al Pacino, el ícono hollywoodense que nos ha deslumbrado en obras maestras como “The Godfather” (1972), “Dog Day Afternoon” (1975) y “Scarface” (1983) -bueno, esta última quizás no califique como maestra- y que, debido a su reputación, no pasa desapercibido en este nuevo título, donde interpreta a Theophilus Riesinger, un sacerdote católico de origen alemán que se volvió popular por su participación en un publicitado exorcismo realizado en Iowa entre agosto y diciembre de 1928.
Desafortunadamente, el filme no se centra en él, sino que adopta el punto de vista de Joseph Steiger, el padre local que se encargó de tomar apuntes durante el proceso y que publicó posteriormente el recuento de los hechos que sirvió como base de la actual versión cinematográfica, llena aparentemente de libertades creativas y dirigida y coescrita por el poco conocido David Midell.
Steiger, interpretado por Dan Stevens (“Abigail”), es un hombre marcado por el dolor y la incredulidad que tiene aristas interesantes, pero cuya complejidad como personaje nunca sale a flote, sobre todo en lo que respecta a una tensión sexual con una compañera de convento que es insinuada, pero nunca explorada.
Y Pacino no tiene mucho que hacer, sepultado por un acento excesivo y una falta de desarrollo de motivaciones que, en todo caso, le permiten adquirir un tono histriónico mucho menos estridente que el habitual.
Le va mejor en términos expresivos a Abigail Cowen, la joven que se pone en la piel de la supuesta poseída, Emma Schmidt. Pese a que Schmidt era mucho mayor que la actriz cuando se dieron los sucesos originales, Cowen cumple con profesionalismo y dedicación los retos emocionales y físicos que se encontraban presentes en la caracterización de un personaje tan torturado.
Es una lástima también que toda la cinta se encuentre filmada con un estilo de cámara en mano que no tiene sentido en lo que respecta a la época retratada y que abuse tanto de los ‘jump scares’. Finalmente, nos enfrentamos a un trabajo que podría resultar útil para los espectadores que se encuentren fascinados por el tema, aunque los demás encontrarán pocos atractivos en términos de terror y de entretenimiento.
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