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Una es mexicana, la otra es argentina, una más es colombiana y la restante es panameña. Estamos hablando de cuatro directoras y guionistas latinoamericanas que probablemente no se conocen, pero cuyas películas más recientes han sido invitadas a participar en la edición número 24 del Festival Internacional de Cine Latino de Los Ángeles (LALIFF), que se inicia el 28 de mayo.
Pese a las diferencias espaciales y de idiosincrasia que las afectan, el hecho de ser latinas y de compartir más de un ideal las coloca en un plano común que permite trazar conexiones entre filmes que se desarrollan en una comunidad rural oaxaqueña, una casa porteña de clase alta, otro hogar privilegiado en la capital panameña y una versión alternativa de Cali, respectivamente.
Eso era motivo suficiente para que decidiéramos comunicarnos por separado con cada una de las realizadoras, motivados por la finalidad de hablar de “La Raya” (México), “Linda” (Argentina), “Llueve sobre Babel” (Colombia) y “Querido trópico” (Panamá), las cintas que ellas mismas crearon y que se exhiben en diferentes fechas a lo largo del gran evento fundado por el actor, director, productor y activista mexicoamericano Edward James Olmos.
2
Migración
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“La Raya”, que se proyecta el 31 de mayo a las 8:45 p.m. en el auditorio 13 de Regal LA, nos traslada al pueblo de San Juan Quiahije, en Oaxaca, para presentarnos a Sotera (Diana Itzel Cruz), una niña que fue enviada a su pueblo natal desde Estados Unidos cuando solo tenía 2 años y que ahora, a los 11, está siendo tentada por su padre, quien permanece en el ‘gabacho’, para regresar a este país.
La película es obra de Yolanda Cruz, una cineasta oriunda del mismo lugar donde se desarrolla la historia que decidió regresar a su terruño luego de haber vivido cerca de dos décadas en Los Ángeles, ciudad a la que se mudó debido a circunstancias nada deseables, pero que le permitió convertirse en una profesional de la industria.
Cruz fue primero una migrante interna -se mudó del pueblo donde nació a la ciudad de Oaxaca- y, durante la adolescencia, se convirtió en una migrante internacional debido a un terrible suceso -el asesinato de su padre, un reconocido activista social y ambientalista-.
“Resulta que, en Los Ángeles, me encontré con una gran comunidad de oaxaqueños a la que me uní y con la que me identifiqué”, nos contó la realizadora, quien, ya en esa época, había podido desarrollar sus aptitudes artísticas en las áreas de la poesía, la escritura y la fotografía. “Eso me permitió conocer a varios profesores, activistas y músicos; y decidí quedarme ahí, impulsada por los estudios de cine que hice en la UCLA”.
“La Raya” lidia también con la problemática del que tiene que irse de su tierra desde su argumento mismo. “Son historias que comúnmente me encuentro estando aquí en Oaxaca, con niños que son ciudadanos americanos pero que tienen a sus padres en Estados Unidos, y que son extraños a ese lugar y hasta a sus padres”, describió Cruz.
En “Querido trópico”, que se proyecta el 29 de mayo a las 7 p.m. en el auditorio 3 de los TCL Chinese Theaters, la protagonista es Ana María (Jenny Navarrete), una inmigrante colombiana en Ciudad de Panamá que se pone al servicio de una familia acaudalada de origen chileno para atender a Mercedes (Paulina García), la integrante mayor del mismo clan, quien se encuentra afectada por la demencia senil.
“Panamá es un país hecho por migrantes; un país de paso, al que mucha gente ha ido llegando desde antes de la construcción del canal”, nos dijo la directora Ana Endara. “Yo, por ejemplo, tengo padre panameño y madre croata. Pero también creo que la migración es un tema del que hay que hablar de una forma u otra, por todo lo que está pasando en estos tiempos”.
En ese sentido, Endara siente que fue natural darle a sus personajes las nacionalidades que les dio. “Los trabajos esenciales, como el del cuidado, usualmente no son bien remunerados, y los hacen personas que están en posiciones de vulnerabilidad y que son muchas veces migrantes”, explicó. “En Ciudad de Panamá, encuentras gente con mucho dinero que contrata nanas o cuidadores de esta clase”.
Más allá de cualquier consideración histórica, realista o ideológica, la estrategia, en este caso, responde adicionalmente a una requisito básico: la necesidad de conseguir financiamiento de diferentes procedencias para llevar adelante el proyecto.
“La mecánica con la que se hacen las películas en nuestros países latinos hace que sea muy necesaria la coproducción, porque eso permite acceder a los fondos estatales de uno o de otro”, dijo la cineasta, quien, al igual que las demás entrevistadas, expresó su preocupación por los aranceles a las producciones extranjeras que ha planteado el actual mandatario estadounidense.
La experiencia migrante, pero trasladada esta vez a su faceta interna, se inserta también en “Linda” -película argentina que se podrá ver el 29 de mayo a las 9:30 p.m. en el auditorio 3 de los TCL Chinese Theaters- a través del personaje que lleva el mismo nombre, una empleada doméstica originaria de San Juan que es interpretada por la deslumbrante China Suárez.
“Ese es un lugar que se caracteriza por tener chicas muy bonitas, pero lo que me interesaba más es que es el lugar de nacimiento de la Difunta Correa, una mujer que [según la leyenda] cruza el desierto sola, buscando a su marido que se fue a la guerra”, nos dijo la directora Mariana Wainstein, en conexión desde Buenos Aires. “Va con su bebé y lo alimenta con la teta, hasta que muere deshidratada; pero el niño se salva”.
De ese modo, Wainstein buscaba trazar un paralelismo con el sacrificio de las empleadas domésticas que van a trabajar a las capitales en busca de mejores sueldos y posibilidades, aunque ello implique que pongan en pausa sus propias vidas.
“Claro, que en esta película, decidí darle un giro al asunto para hacer también una reivindicación de la mujer, porque ella atraviesa un proceso de empoderamiento que la lleva a decir: ‘Voy a trabajar, a mandar plata a mi pueblo y a alimentar a mis hijos, pero también voy a vivir mis deseos, a transformarme y a explorarme”, detalló, en alusión a un personaje que, inmediatamente después de entrar a trabajar en un acaudalado hogar porteño, se convierte en objeto de deseo de todos los integrantes de la familia, tanto hombres como mujeres.
“Al no pertenecer a ese mundo, Linda no conoce las reglas establecidas de cómo comportarse o de qué no hacer”, prosiguió la realizadora. “Y eso me parecía interesante, porque genera mucha incomodidad en los demás personajes y los saca del lugar seguro en el que se encuentran”.
En ese sentido, las cintas presentes en el LAFF que lidian con la migración o con los sectores socialmente desfavorecidos tienen la virtud de compartir una visión del fenómeno que no intenta nunca presentar a personajes inmaculados, sin que eso implique ignorar sus necesidades, sus esfuerzos y la justicia de sus demandas.
En “La Raya”, el padre de Sotera intenta a toda costa llevarse a su hija a la Unión Americana, pese a que ella anhela quedarse en el pueblo; en “Linda”, la protagonista aprovecha descaradamente su atractivo en quien se le ponga por delante; y en “Querido trópico”, la cuidadora finge estar embarazada para ser contratada.
“Es que los humanos somos buenos y malos; no me interesa el cine donde todos son absolutamente una cosa o la otra”, enfatizó Cruz. “Para mí, es muy importante que los personajes sean humanos, que tengan secretos, que sus intenciones sean a veces confusas”.
“Todos esos espacios en blanco que deja el personaje de Ana María lo hacen más rico y te dejan pensando además en lo que harías tú”, prosiguió. “Uno lo puede sentir más cercano, porque tiene misterio, tiene algo de maldad y tiene algo de bondad, como todos”.
3
La rareza
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“Llueve sobre Babel” (“Rains Over Babel”), que se presenta el 31 de mayo a las 6 p.m. en el auditorio 4 de los TCL Chinese Theatres, es la única cinta de las que aquí citadas que no comparte tópicos específicos con las otras. Pero eso no es negativo, ni significa que su directora, la joven caleña Gala del Sol, sea ajena a las cuestiones sociales urgentes; de hecho, la participación de la comunidad LGBTQ+ en el largometraje es abundante.
Lo que se sucede es que se trata de un trabajo rabiosamente original que surgió de un taller de creación en el que se involucró Del Sol durante la pandemia, luego de haberse visto obligada a abandonar los proyectos que tenía en el Sur de California (donde vivió y estudió durante seis años) y de verse forzada a tomar el último avión comercial que partió de LAX antes de la interrupción de los viajes aéreos ante el ataque inclemente del virus.
“Le pedí a cada participante que creara al personaje que siempre había querido hacer y que le ayudara a sanar algo de su vida, y luego, mezclé todo eso con el imaginario que tengo de una Cali de otra dimensión”, nos explicó la realizadora, quien definió inicialmente su estilo como ‘retro futurista trópico punk’ pero que, posteriormente, decidió simplificarlo como ‘steampunk tropical”.
Los numerosos personajes de “Llueve sobre el Babel” incluyen al hijo de un pastor que quiere ser ‘drag queen’ y a muchos individuos que se encuentran en una suerte de limbo luego de haber fallecido, pero permanecen deambulando en la Tierra.
Todo se unifica alrededor de La Flaca, que es “La Parca” personificada. “Para mí, la muerte de Cali, que es la que represento, es una mujer afro divina a la que le encanta bailar salsa y pasar años de vida con borrachos en bares de mala muerte”, retomó Del Sol, quien adora el surrealismo.
Haberle dado tanta presencia al segmento ‘queer’ no fue aparentemente un proceso forzado, sino que se dio naturalmente a través del proceso de creación. “La película es un reflejo de lo que la gente de mi generación -la de los que tenemos todavía veintitantos- estaba viviendo en el 2020”, argumentó la directora. “Mi objetivo era que, si los actores lograban sanar a través de sus personajes, la audiencia también podría hacerlo”.
“Queríamos ver también reflejadas las problemáticas que eran importantes para nosotros y el modo en que estas siguen siendo tratadas en la sociedad latinoamericana”, añadió Del Sol. “Hace dos o tres semanas, mataron en Medellín a una chica trans; hay videos donde se ve que le quiebran los brazos y las piernas y la echan a un río”.
Adicionalmente, la realizadora comentó que le interesaba aludir al tabú que existe con la gente afro y de diferentes etnias en su país, que no suele ser mostrada en la pantalla de un modo constructivo. “Una de mis actrices me contó que solo la llamaban para hacer de esclava”, se lamentó.
4
Las mujeres
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La edición actual de LALIFF no celebra únicamente a las damas. De hecho, hay una amplia selección de trabajos hechos por hombres; pero el hecho de que el área de ficción en el área latinoamericana se incline tan fuertemente hacia las creaciones femeninas refleja de algún modo lo que viene sucediendo en las industrias cinematográficas de nuestros países de origen, donde ellas mismas han estado ganando tracción.
Cruz recuerda que, durante su reciente visita al Festival de Morelia, se encontró con seis mujeres más en la competencia. “A veces, tenemos una mirada más profunda de las cosas”, señaló. “Todavía no estamos donde debemos estar a nivel de lo que es el control de producción; la mayoría somos productoras independientes, pero creo que la meta es poder llegar al nivel más alto de decisión”.
“Es importante que las historias sean más diversas y que las comunidades cuenten sus propias historias, porque la mirada que cada una de ellas tiene es única”, agregó la cineasta, quien recurre mayormente a diálogos en chatino (lengua local de su estado) a lo largo de “La Raya”.
En la superficie, se podría pensar que “Linda” es una de esas películas sensuales y eróticas que recurren a la ‘exploitation’; pero hay mucho más debajo de ese nivel, empezando por la compleja perspectiva femenina con la que se cuentan los hechos que se presentan.
“Creo, justamente, que lo que permite la mirada femenina es sacarnos del cliché de la chica linda que controla todo simplemente por ser linda”, afirmó Wainstein. “En realidad, lo que se genera acá es un replanteo de quiénes son ellos, aunque ella, claro, tampoco es la típica buenita linda”.
Por su parte, Del Sol reconoce las dificultades que siguen atravesando las personas de su género cuando se trata de hacer cine. “Mucha gente acá en Colombia le dijo a mi productora que no creía en la película, probablemente porque cuando la grabé era una mujer de 26 años”, recordó. “Si hubiera sido un hombre de cuarenta y pico, la historia hubiera sido diferente”.
“Pero también debo decir que cada vez estamos viendo más apoyo, con ‘grants’, ‘workshops’ y más oportunidades para mujeres cineastas, lo cual me parece fantástico, porque tenemos mucho que aportar y manejamos una visión bastante distinta a la masculina”, añadió.
En sus palabras, encontrarse ahora en esta posición es un gran honor y, a la vez, una gran responsabilidad, porque obliga a las autoras a pensar cuidadosamente en las historias que están contando y en las propuestas que están planteando.
“Lo que yo siempre trato de hacer es enviar mensajes que empoderen a la gente y que apunten a la reconciliación”, aseguró. “Nuestro mundo está ya demasiado lleno de maldad, demasiado lleno de violencia, demasiado lleno de cosas negativas que nos quieren dividir en lugar de unirnos”.
The post Estas directoras latinoamericanas compartirán sus historias y sus luchas en la nueva edición de LALIFF appeared first on Los Angeles Times.