Luego de ganar cuatro Grammys y 22 Latin Grammys, de haber grabado 13 álbumes inéditos y siete en vivo, y de haber impuesto a lo largo y ancho del mundo hispanohablante algunas de las canciones de pop más celebradas de todos los tiempos, Alejandro Sanz no tenía nada que probar.
Esa satisfacción tiene probablemente que ver con la decisión que tomó para lanzar un nuevo trabajo que, a diferencia de todos los anteriores, se inserta en la categoría de los EPs, ya que incluye solo 6 temas. Pero “¿Y ahora qué?” (el nombre del disco) se encuentra lejos de ser una obra hecha para cumplir; de hecho, el nivel de sus colaboraciones y su diversidad lírica y estilística le otorgan una relevancia inesperada.
El artista madrileño ofreció un adelanto sustancioso de la placa hace siete meses, cuando lanzó el sencillo “Palmeras en el jardín”, inspirado en una ruptura amorosa de su pasado reciente, y nos ofreció entonces la entrevista que publicamos poco después, dedicada completamente a la misma composición.
Ahora, con la producción completa disponible en el mercado, el creador de “Corazón partío” tuvo la gentileza de cedernos unos minutos de su apretada agenda con la finalidad de revisar las demás piezas de la flamante obra, lo que dio como resultado la conversación que compartimos a continuación, tanto en su versión original de video como en una adaptación de texto debidamente editada.
Alejandro, voy a tratar de hablar de todas las canciones que vienen en el nuevo EP en el poco tiempo que tenemos. Lo bueno es que podemos evitar “Palmeras en el jardín”, que es muy desgarrada y se encuentra relacionada a tu vida, pero de la que hablamos ya en otra entrevista. Por lo tanto, me gustaría empezar con “Bésame”, que es la tercera colaboración que tienes con Shakira.
Me he encontrado a Shakira en un momento muy bueno. La noto muy metida en su trabajo, como siempre, dándolo absolutamente todo para la canción, porque se metió también de lleno también en la producción. Siempre es bonito cantar con ella, siempre surge algo especial entre nosotros y siempre hay una química muy interesante.
“La tortura”, la primera canción que hicieron juntos, acaba de cumplir 20 años. Hace solo unos días, te subiste al escenario de un concierto de Shakira en Estados Unidos para cantarla a su lado.
Fue en Charlotte, exactamente. Es que es la canción icónica de los dos. Además, creo que fue la primera canción en español que tuvo realmente un número uno en Estados Unidos en las radios anglo. Y adicionalmente, redefinió un poco lo que se estaba haciendo, incluso en la música urbana del momento.
“Bésame” tiene una orientación menos tortuosa, porque es una celebración del amor con alusiones geográficas a Colombia y a su café. Musicalmente, tiene algo urbano, pero no necesariamente dembow.
Bueno, hay un poco de afrobeat, pero mezclado con algo de rumba y de flamenco. Yo creo que representa muy bien los dos mundos que queríamos representar. Ahora mismo, Shakira está muy metida en el afrobeat y quiere hacer muchas cosas con ello. Por mi lado, el flamenco tiene que aparecer siempre en algún sitio, porque es parte de mi cultura, de mi raíz, de lo que yo entiendo musicalmente. Esa fusión de estilos es la que hace que el tema suene realmente único.
Por su parte, “El vino de tu boca” es una balada de desamor, pero con una posición de desamor, digamos, razonable, porque dices: “Y no es que no pueda vivir contigo, es que prefiero que sea contigo”. No es la postura de los románticos de antaño, que amenazaban con matarse si la mujer no les hacía caso.
Es un reflejo de los tiempos. Yo creo que, líricamente, el mundo se ha expresado mucho mejor a través de las canciones en las distintas épocas. Las letras de las canciones definen a las generaciones. Antes, todo era de un dramatismo realmente hercúleo; una cosa gigantesca y dramática. Y ahora se entiende el asunto un poco más, quizá porque también le prestamos más atención a lo que son los verdaderos problemas que se crean emocionalmente.
No es que estemos haciendo una labor dogmática o didáctica ni que tengamos la necesidad de enseñar a nadie. Sucede, simplemente, que el lenguaje cambia, y la forma de comunicarse también.
¿Siempre fuiste así, o en algún momento creíste que ibas a morir si no estabas con alguien?
¿Quién? ¿Yo? ¿Si fui dramático? ¡Por supuesto!
Entonces, te has calmado, te has vuelto más razonable.
Es que soy una persona diferente. Pero fui muy dramático en mi época.
Hablando de vino, te iba a preguntar inocentemente si esa es tu bebida favorita hasta que vi el video que hiciste de “Hoy no me siento bien”, un tema que viene también en el disco, donde se ve un cartel que dice “Tinto y tequila”.
Bueno, lo de ‘tinto y tequila’ vino porque el papá de Jaydy [Michel], mi primera mujer, era mexicano, y mi papá era español. Pero se llevaban de maravilla y, entonces, decidieron que eran como un dúo que se llamaba ‘Tinto y Tequila’. Lo puse ahí como un guiño a la familia, digamos. Pero sí, sí, el vino me gusta, porque es el elixir de la vida. Es probablemente el mejor invento del ser humano después de la cerveza, que se inventó en Mesopotamia.
Pero entonces, ¿no es tu bebida favorita?
Yo no bebo otra cosa que no sea vino y agua.
¿No te gusta la cerveza?
La cerveza también, pero es que, tú sabes, hincha mucho, y cuando estás con estos calores, puedes tomar más de la cuenta.
La misma canción te ve colaborando con el Grupo Frontera, pero curiosamente, no suena necesariamente a regional mexicano, ¿no? Tiene algo medio salsero por ahí; parece que ellos también estaban probando algo nuevo a tu lado.
Sí, lo bonito de este tipo de colaboraciones es salir de la zona de confort por uno y otro lado. Yo no quiero hacer una colaboración para hacer lo que ya he hecho o lo que pueda hacer más fácilmente. De hecho, ahora mismo estoy buscando hacer otro tipo de canciones, también en otros estilos que me parecen muy interesantes y con artistas que me parecen muy interesantes.
Me gusta el reto, porque muchas veces te llega alguien con un arreglo que has hecho por 20 o 30 años, y no quiero volver a hacer eso. Ya no me cuenta nada, no me dice nada, no me provoca en absoluto.
Reconociste hace algún tiempo que sufrías de depresión, y la misma canción tiene una parte en la que dices: “Hoy no me siento bien, no quiero ni hablar con la gente, sentirse mal también está bien, porque no hay mal que dure para siempre”. Es impresionante, porque los comentarios de la gente debajo del video incluyen los de muchas personas que hablan de experiencias personales, incluso de familiares que han perdido. Es una muestra clara de que una canción así puede pegar profundamente en las fibras íntimas de la audiencia.
He visto el ‘feedback’ de la gente y sí, realmente me alegra mucho, porque en el fondo, la canción intenta dejar de romantizar el tema de la salud mental y sacarlo de ese hoyo de tabú que también existe. Sentirse mal también está bien, y no pasa nada por decirlo. Se puede estar bailando salsa y se puede estar mal, y esa es una cosa que mucha gente no entiende, porque cree que cuando una persona está en un momento difícil, tiene que estar todo el día llorando. Pero casi nunca es así.
Puedes tener una vida más o menos normal, pero lo me ocurría a mí, al menos, es que de repente no sabía qué era lo que me pasaba; no tenía ganas de hacer nada, no tenía ganas de estar y no sabía cómo se llamaba eso. Era como un vacío; no era ni siquiera una emoción, sino una falta de emociones, probablemente.
Ese tipo de situaciones mentales no son fáciles de diagnosticar; no es que te digan exactamente lo que tienes.
No, porque no te hacen un análisis y te dicen: “Lo que usted tiene es colesterol alto”. Esto es una cuestión de ir, por supuesto, a un experto, un psiquiatra, un psicólogo, un ‘coach’, lo que cada uno quiera buscar. Y, bueno, en mi caso, yo estuve con una psiquiatra, y me lo diagnosticó a partir de muchas charlas y de los métodos que usan, que son los que ellos tienen y que realmente funcionan. La prueba es que aquí estoy después de un año y medio, y mi vida ha cambiado completamente.
Sí, se ve que estás bien. Retomando un poquito lo de la experimentación y lo de arriesgarse, me gustaría hablar de “¿Cómo sería?”, esta colaboración con Manuel Turizo que es una balada. Él es más del rollo urbano, aunque claro, un rollo urbano un poco suave, y tiene una voz de barítono muy impresionante. También se está saliendo de su zona de confort en esta canción, ¿verdad?
Totalmente. Y Manuel, además, canta muy bien.
Sí, lo he escuchado, pero en ciertos géneros, no se nota tanto cuando alguien sabe cantar.
No se nota tanto, es verdad. A veces, el exceso de efectos que utilizan las voces oculta las cualidades vocales. Creo que en esta canción, efectivamente, también se ha salido un poco de su zona de confort, y hemos intentado convivir en una especie de patio común para poder sentirnos a gusto los dos.
“Eso es amor” es una de esas canciones tuyas que van por el lado experimental. Tiene guitarras más fuertes en medio de las acústicas, y emplea una definición muy particular del amor.
Sí; esas canciones -es decir, las que molestan y que la gente pasa rápido- me encantan. Este es un homenaje a Lope de Vega, que fue el que escribió [el poema] “Esto es amor”, y que sabía de lo que hablaba. Ese era ya su ‘punchline’ en la época que le tocó vivir. Pero bueno, dentro de las canciones que he estado haciendo durante este año, hay un homenaje a Lope de Vega y otro a Gustavo Adolfo Bécquer, que es otro de mis poetas favoritos, pero que saldrá más adelante.
En ese sentido, ¿por qué hacer un EP? Parecería que te estás adaptando también en ese sentido a lo que se hace ahora, porque antes se pensaba que había que hacer siempre un álbum completo.
A mí me encanta esto. Era un poco escéptico al principio, pero me gusta mucho más. Creo que es más orgánica, más liviana, y permite mucha más frescura dentro de lo que haces. Eso de encerrarse seis meses en un estudio de grabación, trabajando 12 horas diarias y sin ver el sol, no es necesariamente un método al que me gustaría volver.
¿Cuándo vuelves a los escenarios presentando, me imagino, estos temas que están tan buenos?
Tenemos una gira en México en septiembre y casi todo octubre. Este verano me pongo a ensayar, porque quiero preparar bien el show. Estamos eligiendo; ya tengo toda la banda montada, y he cambiado a algunos músicos. También estamos haciendo algo interesante dentro de la escenografía. Por supuesto, las nuevas [canciones] tienen que ir.
Todavía no hay planes para Estados Unidos.
Todavía no. Para el año que viene, seguro.
Tendrás que ver cómo se pone la cosa por acá, porque está un poco movido el ambiente.
Sí, está movidillo.
Me imagino que los artistas están analizando qué es lo que sucede en todos lados del mundo, para ver a dónde van.
Yo quería estudiar en Harvard, y mira, no lo voy a poder hacer.
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