La pelea del 22 de marzo en Las Vegas representa mucho más que la oportunidad de convertirse en campeón mundial para Chordale Booker (20-1, 9 KOs). Si logra vencer a Sebastián Fundora (21-1-1, 13 KOs) en el Michelob Ultra Arena (5 p.m. PT, Prime Video) y arrebatarle los títulos de peso welter del Consejo Mundial de Boxeo y la Organización Mundial de Boxeo, su victoria no solo se traduciría en gloria personal, sino también en un impacto positivo para los jóvenes de su comunidad.
El camino de Booker hacia este momento ha estado marcado por desafíos tanto dentro como fuera del cuadrilátero. A los 18 años, estuvo al borde de una condena de 13 años por posesión de armas y narcóticos, pero una segunda oportunidad le permitió cambiar su vida. Desde entonces, no solo se ha convertido en un boxeador profesional, sino en un mentor para jóvenes en riesgo, enseñándoles el valor del deporte como una vía para alejarse de la violencia y las drogas.
“Mi coach fue quien me inspiró cuando estuve cerca de la cárcel a una edad temprana”, recordó Booker. “Ahora hago lo mismo con otros niños. Les enseño boxeo, pero más importante aún, trato de transmitirles un mensaje positivo para que se mantengan en el gimnasio y se enfoquen en su educación”.
Fundora representa más que una oportunidad para convertirse en campeón. Una victoria le abriría puertas no solo en el mundo del boxeo, sino en su misión de ayudar a los jóvenes de su comunidad. Su objetivo es usar su éxito para brindarles más oportunidades y alejarlos de los peligros que él mismo enfrentó en su juventud.
Este combate no es solo por los cinturones. Es la posibilidad de inspirar y cambiar vidas, tal como el boxeo lo hizo con la suya.
“Si me convierto en campeón, tendré más oportunidades para ayudar. Podría acercarme a grandes compañías y pedir apoyo para los jóvenes de mi ciudad, aquellos que no pueden pagar campamentos o tener acceso a una buena educación”, explicó.
Aunque Booker nunca ha enfrentado a un rival con la estatura y el alcance de Fundora, no es la primera vez que pelea con un oponente más alto. “Fue en mi debut como profesional, no era un Fundora, pero aún tuve que lidiar con él”, recordó sobre su combate en 2016 contra Antonio Allen, quien mide 6 pies y 3 pulgadas, casi tres menos que su próximo rival.
Para Booker, la clave de la pelea no está en la altura, sino en la estrategia. “Tengo que ser yo mismo, no hacer nada diferente. Mantenerme calmado y enfocado en mi objetivo, a pesar de lo emocionado que me siento. Sí, la magnitud de esta pelea es diferente, pero tengo un plan de juego que debo seguir”.
El estadounidense llega con confianza, aunque sabe que enfrentará a un rival con experiencia en peleas de alto nivel. Fundora ha tenido altibajos en los últimos años, incluyendo una sorpresiva derrota por nocaut ante Brian Mendoza en 2023 y una dura victoria por decisión dividida ante Tim Tszyu en 2024, quien se vio afectado por un profundo corte en la frente. Sin embargo, Booker no se confía.
“Para serte sincero, no lo había pensado de esa forma. Es una buena observación, no sé, no lo conozco personalmente y puede que haya algo ahí… quizá ya algunos han descubierto cómo pelearle y hacer los ajustes correspondientes”, señaló Booker. “Solo espero la mejor versión de él, es un campeón mundial y en la pelea contra Tszyu mostró algo diferente con su boxeo, entonces espero que salga con todo, tratando de lastimarme porque quiere retener esos títulos”.
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